Saturday, August 18, 2012

Casi niño

El Deslenguado

Los padres solían reírle la gracia de pequeñito, cuando corría con la lengua afuera y los ojos llenos de odio, para atacar a cualquier supuesto ofensor con puñetazos desordenados. Hasta una vez que tropezó en la carrera y golpeó con el piso su quijada.

 
Treta Fallida

Aquel pequeño avión de feria parecía insulso con su corta trayectoria circular, pero esa era exactamente la atracción que interesaba a la nena. El padre bueno la sentó al frente y después entró con trabajo en el hueco posterior. Al poco tiempo de estar girando, el hombre se dio cuenta de que, si no detenía el aparato inmediatamente, iba a inundar de vómitos el parque y  gritó desesperado al operador que parara porque la niña se sentía mal. La pequeña, que no entendía de vergüenzas adultas, gritaba molesta: “Yo estoy bien. No pare, siga, siga…”
 

La Punta De La Lengua

La maestra había preguntado por el nombre de alguna montaña y ahora esperaba impaciente la respuesta del niño, parado a un lado de su pupitre. Las ideas le golpeaban al pobre dentro de la cabeza sin salir por la boca. Primero pensó en la Loma del Burro, pero eso era el barrio de indigentes adonde le daba tanto miedo entrar. Después vino a su mente la Loma del Príncipe, pero no era eso tampoco, así se llamaba la cárcel donde estaba preso su tío. ¿Montaña? Lo tenía en la punta de la lengua, y esta bruja apurándolo. Había que responder o se burlarían de él los amigos. ¡Una pregunta tan fácil!...

De pronto recordó aquella feria en la playa, se le iluminó el rostro y en un grito victorioso soltó la respuesta: ¡la Montaña...Rusa!


Fidelidad

Sensato y Campante eran inseparables. Un día, Sensato decidió que deberían inscribirse en la sección de boxeo de la escuela. A Campante no le gustaba la idea, pero la aceptó por solidaridad.

Las condiciones de la matrícula incluían una pelea entre principiantes. Sensato no quiso boxear con su amigo, por eso pidió al entrenador que probara primero a Campante y después, a él.

Subió el pobre Campante al cuadrilátero con un chico membrudo, para que éste le diese de palos. No llegó a matarlo porque el entrenador paró la pelea. Al ver todo eso, Sensato cambió de opinión: ya no quiere ser boxeador.
 

Casi Niño

Era su primera vez en una mancebía. Tenía que escoger, pero estaba como pasmado. Al fin, una de las tías lo llevó al cuarto y se desvistieron. La mujer revisó el pito, lo manoseó por el apuro y lo introdujo en el hoyo tradicional. El, por más que trataba, no podía sentir paredes y de tanto meneo sin costumbre, empezó a sofocarse. Ella reprochó el jadeo en su oreja y el muchacho, sin esperar más, sacó su pequeña hombría de aquel barril sin fondo, pagó y se fue.

1 comment:

  1. El que más me ha gustado " La punta de la lengua", me gustan los micros, será porque soy incapaz de hacerlos.
    Un abrazo!!

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